viernes, 11 de enero de 2013

Mirando dentro de nosotros para transformar afuera

Cuando miramos atrás, somos conscientes de que nuestra personalidad, gustos y valores han cambiado significativamente durante el pasado. Sin embargo, tendemos creer que en el futuro nuestra forma de ser se mantendrá sin cambios, tal y como es en el momento actual. Así se desprende de un estudio que publica la revista Science en su última edición y en el que han participado 19.000 sujetos con edades comprendidas entre 18 y 68 años. 

Según revelan los autores, percibimos el presente como el momento en que finalmente nos hemos convertido en la persona que seremos durante el resto de nuestras vidas. Los científicos han bautizado a esta tendencia a subestimar cuánto cambiaremos a medida que cumplamos años como “la ilusión del final de la historia”


Entre las explicaciones sugeridas está que “la mayoría de la gente opina que sus personalidades presentes son atractivas y sus preferencias son sabias, lo que les impide pensar en la posibilidad de cambiar”. Es decir, no logramos ver (y mucho menos reconocer) que hay aspectos de nuestra personalidad que deben ser cambiados en beneficio de nuestra salud, nuestra madurez o de la convivencia con los demás. Nos resulta fácil ver los errores y defectos de los demás y difícil ver y aceptar los propios.

En segundo lugar, hay que diferenciar entre los procesos cognitivos para recordar el pasado (retrospección),  aquellos con los que se infiere el futuro (prospección) y la auto-revisión interior en presente (introspección). Es probable que la dificultad de predecir cómo será algo en el futuro lleve a muchos individuos a asumir que no se producirán demasiados cambios, confundiendo la dificultad de imaginar el cambio personal futuro con la poca probabilidad de experimentarlo. 

Ahora bien, ¿cual es la utilidad de conocer esto?. Primero nos recuerda que uno de los propósitos de nuestra existencia es "crecer", es decir, madurar. Madurar no se refiere solo a agregar mas años a la vida sino, sobre todo, mas vida a los años. Esto es, aprender e incorporar a nuestra personalidad aquellos valores humanos que nos acercan al bienestar, la felicidad, la paz, el amor y la salud. Estos aspectos muchas veces no los divisamos con facilidad, pues se encuentran empañados por anti-valores como el egoísmo, la mentira, el engaño, la codicia, la avaricia, muchas veces sutiles y no reconocidos por nosotros.



La introspección meditativa (meditación) es una magnífica herramienta para hacer una revisión profunda de nosotros mismos, que impulse un cambio positivo en nuestra vida. Nos ayuda a darnos cuenta como hemos sido en el pasado (retrospección)  y como en realidad estamos en el presente (introspección). Si nuestra introspección es sincera y profunda, si nos abrimos a las áreas invisibles pero poderosas de nuestra consciencia y de la Consciencia Universal podemos reconocer y entregar a la vida aquellos aspectos erróneos de nuestra personalidad abriendo así un espacio para que se consolide en nosotros los valores y las virtudes humanas que se proyectarán luego hacia el futuro (prospección) en forma de proyectos transformadores de vida, trayendo beneficio no solo a nosotros sino a nuestros cercanos y a nuestra comunidad.

Este es el sentido del eslogan: "Si tu cambias el mundo cambia".  



FUENTE de los datos: http://www.muyinteresante.es. Texto adaptado a los propósitos de este blog.

lunes, 7 de enero de 2013

Adaptacion


ADAPTACION
Con humildad permito que surjan otros caminos.... no necesito controlar, ni juzgar, ni arreglar, ni cambiar a otros... tan sólo hacer a un lado el ego y ajustarme a lo que “es” no “a lo que quiero que sea”...

Aplicación

Practico el poder de adaptarme cuando...
  • Acepto lo que es y suelto el control.
  • Aprendo a confiar y fluyo sin esfuerzo por las curvas de la vida, es tan fácil como un río que avanza hacia el océano.

Afirmación

Soy el poder que genera mi vida. Soy sutil, la causa de mi vida. Soy flexibilidad, apertura, misericordia y delicadeza.

Reflexión sobre la Adaptación

El poder de amoldarse es la habilidad de adaptarse a la otra persona o situación, con la conciencia de obtener un beneficio de cada oportunidad. Si el ambiente es débil y negativo, el poder de amoldarse proporciona la habilidad de pulsar los “botones internos” correctos, a fin de no afectarse por la negatividad, y dota de sabiduría para percibir exactamente lo que la persona o la situación requiere. Por ejemplo, si una persona se está muriendo de sed ante nosotros y tratamos de darle diamantes u oro, no los valorará tanto como un simple vaso de agua.
FUENTE: http://www.eligelacalma.org