Enviar pensamientos puros (positivo, sincero, honesto, elevado) y buenos deseos a los demás es una forma poderosa de comunicación silenciosa. Los pensamientos puros están sembrados en la conciencia de respeto, el valor y la originalidad de cada SER. De estas semillas de pensamientos puros crecen los sentimientos sinceros de buenos deseos y reconocimiento del potencial de los demás. Ayudan a trascender la visión ordinaria de ver solo los defectos y las debilidades en otros.
Lanzar esta carga positiva a la atmósfera tiene sus compensaciones. No solamente se beneficia el receptor de estas vibraciones puras, sino que el mensajero experimenta el retorno positivo, que se puede manifestar a través de buenos pensamientos para uno mismo, para los demás, en la salud, la armonía interior o la auto-realización.
Tenemos la libertad de elegir nuestros pensamientos y conducta. Podemos ser aquellos cuyos pensamientos y conductas se influencian por el ambiente o podemos ser los que cambian el ambiente.
Al modelar las virtudes, ejercitar el poder interior del pensamiento y dejar que los valores interiores nos guíen, nos convertimos en una "personificación" de estos poderes, virtudes y valores. En otras palabras, demostrando estos atributos positivos y creencias a través de nuestros pensamientos, buenos deseos y acciones, los podremos sentir o experimentar y sirven de ejemplo para los demás.
La mayor autoridad es la experiencia ya que tiene mas capacidad de llegar a los demás, y a la vez, influenciar en el ambiente muy sutilmente y de una forma poderosa. Es por ello que trae mucho beneficio (propio, a los otros y al mundo) el cultivo del pensamiento puro, los buenos deseos y las acciones valiosas.
Fuente: Valores para vivir. Organización Brahma Kumaris en honor al cincuentenario de la Naciones Unidas y UNICEF. Edición en castellano, Barcelona (España) 1995.
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